martes, 16 de julio de 2013

Ansiado viaje


Sentada en su asiento mira por la ventana, la chica de su lado ríe junto con su amiga contenta de volver a casa tras un viaje de amigas que al parecer había sido muy emocionante y lleno de aventuras pero ella se sentía triste por tener que despedirse, las despedidas no le gustaban, siempre la hacían llorar y no le gustaba mostrarse tan vulnerable ante los ojos de los demás. Se pone los auriculares para evadirse y ahogar esas risas tan felices tras una canción bastante melancólica sobre el amor. No era lo que más le convenía pero aun así se pone su canción favorita y una lágrima se le escapa. Esa pequeña lagrima da paso a algunas cuantas más, busca un clínex en el bolso y se repite a si misma que no debe llorar, que debe ser fuerte. Ese viaje había sido algo muy especial. Era lo que había estado esperando durante un año. Un año entero sin perder la esperanza de poder hacer realidad ese pequeño sueño que había sido más complicado de cumplir de lo que había esperado.

Esos días que había estado en aquella ciudad que tanto le gustaba por su diversidad habían sido maravillosos junto a una compañía extraordinaria. Había ido con una idea de lo que podría suceder, de cómo podría sentirse en su compañía pero la realidad había superado con creces su imaginación. Se había sentido extrañamente cómoda desde el minuto uno. Durante el viaje se había sentido un poco nerviosa, incomoda. ¿Cómo debía saludarlo? ¿Con dos besos, un abrazo, un simple hola? Las dudas se agrupaban en su mente y aunque la lectura había conseguido distraerla un poco no era capaz de mantener su concentración durante mucho tiempo, en seguida su mente se transportaba al momento del encuentro y a él. ¿Cómo se sentiría él? ¿Estaría nervioso de verla o para él era simplemente una amiga que venía a visitarlo? ¿Tendría las mismas ganas de verla como las que ella tenía de verlo a él? Había esperado durante mucho tiempo ese momento. 

Nada más bajar del tren estaba preocupada, no estaba del ánimo que debía estar, es decir, pletórica y muy contenta, estaba más bien algo decaída, se lo achacaba la notificación recibida el día anterior del suspenso de una asignatura pero ella sabía que ese sentimiento venía de más atrás. De todos modos nada más subir las escaleras mecánicas y ver un montón de gente justo en frente se aparta a un lado y mira alrededor pero no lo veía asique le escribe por whatsapp preguntándole donde esta y justo en ese mismo instante mira al frente y ahí lo ve, sentado a los pies una columna mirando el mensaje que le acababa de mandar. Estaba adorable, lo mira con curiosidad no estaba segura de si era él pero se acerca y… <<hola>>. En un primer momento él no la escucha pero advierte su presencia y la mira, en se instante sus ojos se encuentran y él no puede evitar sonreír con esa maravillosa sonrisa tan contagiosa. Al igual que un niño al que le regalan el regalo tan esperado en navidad se levanta, la saluda y la abraza. Al fin el primer abrazo.

A partir de ese momento él se encarga de todo, ya le había dicho de ante mano que ella no tendría que preocuparse de nada, lo único que tendría que hacer sería descansar y pasarlo en grande. Y así había sido. Habían sido los 3 días más maravillosos junto alguien que había pasado nunca. Se llevaba en la mente una gran experiencia y aunque alguna que otra persona había intentado que ese viaje se frustrara o meterle en la cabeza ideas negativas ella no lo había permitido y había disfrutado de todo al máximo, de los lugares que le enseñaba, de su compañía, de sus charlas… lo había escuchado con gran atención e interés. También había habido momentos para experimentar cosas nuevas y de hecho habían sido maravillosas.

La confianza entre ellos había sido trabajada durante un año, en las charlas por el Facebook, por el whatsapp…. En un principio las conversaciones carecían de contenido, había sido el típico interés de saber si la otra persona está bien o no y al final con mucho esfuerzo por parte ella poco a poco había conseguido que ese chico que tan bien le callo y le gusto desde el primer momento se abriera un poco más. Las charlas desde el primer momento habían constantes, habían hablado casi todos los días. Las confidencias no habían tardado en llegar y con el tiempo ella sabía que podía contar con él para lo que quisiera. Por lo tanto, esa confianza se había notado durante la visita y eso había contribuido a que ella se sintiera bien y estuviera relajada. Aunque recuerda muy bien como el mismo día que lo conoció se sintió muy relajada a su lado. 

El tren comienza a alejarse de la estación, hace cinco minutos que se han despedido y ya lo echa de menos. Ella sigue recordando todo lo sucedido esos días con gran detalle, intenta distraerse leyendo Los puentes de Madison country pero no lo consigue, sabe que ese libro contienen una historia de amor imposible por las circunstancias y se parece demasiado a lo que le pasa a ella, por lo que decide apartar el libro y centrarse en la música. Tiene una sensación bastante extraña, siente como si esa despedida fuera para siempre. Habían prometido volver a verse pero sabe que eso tardara bastante en hacerse realidad y la apena mucho. Había estado demasiado a gusto durante esos días junto a ese chico que no había salido de su mente en ningún momento desde que lo conoció. Lamenta profundamente que vivan tan lejos el uno del otro, que no puedan quedar en más ocasiones o más a menudo. Siente una gran pena en el corazón pero de momento quiere saborear todo lo que ha vivido esos días. Se entretiene volviendo a vivir cada instante en su mente.  

Falta poco para llegar a su destino y el mp4 se apaga, se le ha acabado la batería, sus recuerdos carecen de banda sonora. El paisaje ha cambiado mucho durante el trayecto así como sus sentimientos. Por un lado, se siente contenta y feliz por lo vivido y por otro lado, siente lo mismo que si hubiera cortado la relación con alguien a quien quiere. Asique cuando llega a su habitación y se encuentra sola no puede evitar llorar con gran desesperanza, le echa mucho de menos, se siente  y le gustaría dormir a su lado como los días anteriores y sentir que todo va bien. Si pudiera cogería otro tren rumbo a sus brazos. 

Esa noche debería salir de fiesta pero sabe que no puede, no está de humor además de que le recordaría a la primera noche que se conocieron un año atrás… quien le iba a decir que al conocer a ese chico una noche de San Fermín le traería tantas vivencias.

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